En los Smartphones, la obsolescencia programada es el pan nuestro de cada día. Ahora bien, antes de abordar el porqué de mi afirmación, dejad que explique, para aquellos profanos en la materia, en qué consiste la Obsolescencia Programada.
Según la Real Academia Española de la Lengua, la Obsolescencia es aquel término que se refiere a lo Obsolescente, y que describe como aquello «Que está volviéndose obsoleto, que está cayendo en desuso.» Y a esto únicamente habría que añadirle el hecho de programar dicho desuso.
En definitiva, que acostumbramos a hablar de «Obsolescencia Programada» [wiki] cuando nos referimos a aquellos productos que se estropean o dejan de cumplir con su fin por ser el mercado y sus fabricantes, quienes deciden en su elaboración, cuándo deben pasar a «mejor» vida…
Por si aún tenéis más curiosidad sobre este asunto, quizás deberías ver el documental que emitió Televisión Española hace ya algún tiempo:
Una vez abordado este asunto, muchos de vosotros pensaréis que lo que hoy quiero tratar aquí es como la tecnología en los smartphones evoluciona, dejando atrás a los que fueron considerados potentes terminales. Y de algún modo obviamente ese es uno de los temas.
Pero lo que me llama la atención desde hace algún tiempo tiene más que ver con esto otro:
Y esto no es algo que únicamente venga sucediendo con los dispositivos de Apple. Con Android sucede exactamente lo mismo. Y si no me creen, pregúntenle a cualquiera que tenga un Samsung Galaxy s3. La mayoría de sus propietarios probablemente explicaran que hasta hace un par de meses su móvil funcionaba rápido, sin reinicios, ni fallo alguno. Y qué ha pasado ahora? Pues que el móvil de un día para otro comenzó a ir muy lento y a quedarse sin batería en pocas horas.
Pues bien, el hecho es que uno de los principios elementales del la «web 2.0» es ni más ni menos que la famosa «perpetual beta«. Es decir, que todo aquello que se produce y vende está «por terminar». Dicho de otra manera que desde que adquirimos un smartphone y hasta que lo jubilamos habremos actualizado sus aplicaciones y su sistema operativo en muchísimas ocasiones.
Y la misma PERPETUAL BETA hace que los fabricantes y creadores de APP’s tengan en sus manos la capacidad de decidir si una APP debe pesar más o menos, exigir más o menos rendimiento al procesador o recurrir a Internet para las comprobaciones que su diseñador haya programado.
Y son esas mismas APP’s y sistemas operativos, los que, una vez adaptados a los dispositivos más nuevos y potentes provoquen en aquellos más veteranos un ahorcamiento irreversible. Y por si alguien tiene la tentación de no actualizar, mejor olvidamos esta opción puesto que los mismos «verdugos» harán que esas mismas app’s queden desactivadas si no se actualizan en un tiempo prudencial.
De ahí que los móviles de hoy en día no duren más de dos años. Pensad en lo que duraban aquellos de pantallas en blanco y negro, sin conexión a internet o muy limitada, y sin acceso a play stores o app stores.
Llámenle obsolescencia, llámenle virus, llámenle consumo…
piposerrano.wordpress.com 
Regularly scheduled meals (every few hours) also have proven more wholesome than
infrequent, haphazard ones. According to Alexandra Juhasz, professor of media studies at California’s
Pitzer College the other with the course facilitators, approximately 300 students have enrolled in the course, which falls beneath the Fem – Tech – Net rubric ‘Dialogues on Feminism and Technology.
* Ability to change others perceptions by democratic means.
Fa molta ràbia…